
Al caer el cuarto gol del Puebla sobre Toluca (4-1), el entrenador Juan Reynoso volteó a la banca y celebró con su asistente Octavio Becerril. El festejo fue propio considerando las últimas 3 derrotas seguidas de su equipo. La malaria terminó como menos, quizá, lo pensó, sin Nicolas Vikonis en la portería y el capitán Christian Tabó.
Una vez más, tendrán que darse cuenta, el futbol de pandemia sorprendió. En otro escenario -este partido- es difícil de entender, cómo él que no sumó en 3 juegos le pegó al que, hasta el jueves, era segundo lugar de la tabla. Y considerando que este es el futbol más puro: 11 contra once.
El sublíder tomó la delantera en el marcador con un anticipo que William Da Silva firmó en medio de tres defensas de La Franja. La línea de 5 poblana cambia por cuatro y pagó factura a los 20 minutos. Raúl López, por la banda derecha, fue quien sumó la asistencia a Da Silva.
La ofensiva de Diablos Rojos continúa empecinada a anotar el segundo, un par vinieron de Enrique Triverio y Michael Estrada. Iván Rodríguez, el arquero suplente, no desentonó al marco, cualquiera pudo ser gol en contra.
Rozando a la media hora apareció Santiago Ormeño para igualar el resultado a un cruce de Salvador Reyes. El delantero aprovechó la caída de un central en el área y conectó con el pie izquierdo sin perder de vista a la pelota, gráficamente un tiro machucado.
La vuelta del Puebla de defensiva a ofensiva vertió a un 2-1 antes del descanso. Entre rebotes, Alan Medina (TOL) soltó la bola al aire y Daniel Álvarez fusiló de volea. Tres minutos después, Álvarez cobró un tiro libre que pegó en la mano de Rubens Sambueza; no fue revisada por el VAR.
Los cambios le dieron a Juan Reynoso más proyección en ataque, incorporó a Alejandro Chumacero de carrilero y a Amaury Escoto de única punta. A diferencia de otros encuentros, mantuvo solo a Escoto en compañía de volantes y extremos, Osvaldo Martínez y Omar Fernández.
Toluca se tiró atrás, cambió los roles a cómo tenía en el arranque, fue más cauteloso, se limitó a buscar el contragolpe. Necesitaba de un generador, saltó a la cancha el ecuatoriano Joao Plata, pero la altura lo comió en esprints.
Sigiloso, inadvertido, Pablo González (PUE) remató solo a puerta de Luis García por la libertad que tenía en izquierda. En su segundo intento, González marcó el tercero asistido por Fernández, remate suave, picado, contra velocidad.
Y uno más sumó el Puebla al 90 de los botines de Escoto, la descolgada generada por Martínez finalizó el lapidario 4-1. Seis meses tardó La Franja para ganar en el Cuauhtémoc, Reynoso superó la rumorada salida por tres perdidos; la realidad es coincidente al anterior: entre tintes claros y oscuros.
Lorem fistrum por la gloria de mi madre esse jarl aliqua llevame al sircoo. De la pradera ullamco qué dise usteer está la cosa muy malar.
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