“El vuelo de las mariposas da esperanza, al auxilio de quien lo necesite”

Foto: Oscar Rodríguez

La crisis económica por Covid-19 ha mermado los ingresos de cientos de negocios. Los dueños gastan e idean formas de cómo sobrevivir, salvar empleos. Y, aún con números rojos, ayudar a otros quienes lo necesitan, a quienes nadie observa en medio de la cuarentena.

Así nació la iniciativa Volando Juntos MX, un grupo de herreros que, con la venta de mariposas y libélulas, compran y reparten despensas a adultos mayores y familias de bajos recursos.  

El proyecto inició hace dos semanas. Raymundo Cortes, Karla Figueroa y Renata Cortes organizan la acción social en un taller al sur-poniente de la ciudad de Puebla. Comenzó para solventar el salario de trabajadores, ahora se han expandido con el objetivo de asistir a sectores vulnerables.

Aceite, jabón para ropa, lata de sardinas, arroz, frijol, galletas, avena, papel higiénico, toallas sanitarias, leche y formula láctea, forman las despensas a repartir. El dinero para la compra de los artículos sale de la venta de las figuras metálicas y donaciones en efectivo.

“Esto es ayuda de gente con mucho corazón, que no te pide un recibo, que no te pide una foto, gente que nos ha echado la mano. Al principio tuve que difundirlo, ahora un grupo de 14 se organiza para echarle ganas.”, platica Ray Cortes en entrevista para El Semanario Gráfico.

El ingenio de elaborar los diseños de metal le llegó a Ray una noche mientras pensaba cómo mantener a flote su taller, del que dependen 14 gentes. Por la pandemia tuvo que descansar a cinco trabajadores de la tercera edad, el resto continúan laborando.  

En los últimos días, VJMX ha recibido aportaciones de tiendas de abarrotes y una carnicería. De la administración de fondos se encarga una de las asistentes, todo lo que entra se convierte en víveres. Al mismo tiempo comparten dinero, sí es necesario.

“Nos cuesta mucho trabajo encontrar a gente que quiera ayudar, y que quiera ayuda. Tú ves la situación de alguna de señora y dices, ‘Sí no me dice su vecina, yo jamás la iba a encontrar’. Mi objetivo es ayudar a gente mayor, es lo que queremos.”, relata.

Volando Juntos MX tiene entre sus metas, principalmente, cooperar a personas de la tercera edad. Una posible rodada en parques de la ciudad, también está en la lista de beneficencia.

Para ellos el único límite es que nadie siga con la causa, seguirán, incluso, hasta cuando termine la emergencia. “Las personas en la calle nunca van a estar solas”, finaliza Karla Figueroa.

En el taller RAYCO nace la esperanza

RAYCO es el taller de Raymundo Cortes. Negocio que inició su padre cuando llegó de Tetela de Ocampo, municipio de la Sierra Norte, a la capital de Puebla.

El local ubicado en La Noria da trabajo a 15 personas, una cuarta parte descansa mientras dure la emergencia sanitaria.

Los últimos meses para Ray han sido complicados por la liquidez en trabajos de herrería. Hace unas semanas tuvo que vender su camioneta para pagar nómina y otros gastos.

Este año cumple una década al frente de la industria. Donde han llegado a laborar hasta 80 asistentes, entre profesionistas y practicantes. Manejado proyectos con automotrices como Audi y Volkswagen, un complejo hotelero en Cancún, hasta el diseño del estadio Universitario BUAP.

“Mi papá vino de un pueblo, llegar hasta donde hemos llegado es un orgullo para el taller, es un orgullo para mi papá que su hijo continuo con esto.”, conversa.

Su acción social con quienes más lo necesitan por la cuarentena, lo mantienen haciendo piezas de adorno metálicas, mariposas y libélulas. La pasión por su oficio está intacta, no se aferra a la actual situación.

“Ahora no tenemos trabajo, hacemos mariposas, eso nos está manteniendo. Es lo que me gusta de mi oficio, es muy versátil. Puedo hacer un edificio de 25 niveles, puedo hacer una mariposa con una lámina, es lo que me gusta de mi taller.”, continua.

El timonel de RAYCO aguantará hasta el final. No lo hará sentado en el taller, lo hará en la calle cargando despensas para repartir a quien esté en crisis. Su obra continuará, lo dejará todo.

“Yo espero que esto siga, no sé qué pase después de esta crisis. Yo no sé si aguante un mes más, si aguante una semana más. Ya no tengo dinero, mis ahorros se están terminando, no quiero que llegue el momento de ‘chavos, ya no hay trabajo’. Yo les dije, ‘antes de correrlos, vendo el taller, vendo todo’.”, concluye.

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