En medio del bosque, el resplandor de Michael Flatley y Lord of the Dance

Tierra de gigantes, dónde el movimiento es el aire. La música con voces de fuego se fusionó con cada pieza de baile. Tierra mágica, dónde la armonía y las melodías se unieron en un solo espectáculo. Llegó la luna, y con ella las luces de los reflectores que enfocaron en la cantante mexicana Flor Amargo.

Las caras de sorpresa recorrieron el Auditorio Metropolitano cuando el teclado comenzó a sonar, reproduciendo ondas sonoras que ambientaron el lugar antes del show estelar.

Comenzó el juego; “Dangerous Games”

En medio de bosques ardiendo en llamas y que escondían unicornios, bailarines irlandeses flotaban de un lado al otro, en segundos se transformaron en hadas, robots y caballeros de noche.

Vestiduras de princesas, capuchas negras; por momentos, algunos bailarines se despojaron de la playera presumiendo su glamour y porte ante los gritos del público. 

Las luces se apagaban, se encendían, y en cada parpadeo aparecía una nueva coreografía que se reflejaba cual espejo, la sincronía era de un reloj inglés, inspirada por la elegancia y excelencia. 

El taconeo retumbaba en el auditorio y la agilidad de los pies de los artistas aumentaba con cada paso. Movimientos de extremo a extremo recorrían el escenario.  

El sonar de la gaita y el piano abrieron cada pieza, como línea del tiempo recorrió los ritmos clásicos y modernos. Desde la llegada de una criatura a esa tierra mágica, batallas campales, hasta una pelea por amor fueron algunas situaciones que alumbraron las miradas.  

Humor, alucinación y seducción fueron el remate de la noche que parecía no tener fin, a cada momento que aparentaba ser el último, llegaban nuevas acrobacias que obligaban a la audiencia a permanecer en sus asientos, nadie no perdió de vista.

Michael Flatley, creador del espectáculo, hizo una aparición final en pantalla, demostrando que es Lord of the Dance, tras una última muestra de la creatividad irlandesa y rompiendo récord de expectativas, que llevan su firma en cada acto.